Una merienda muy sabrosa
Cuchara,
cucharita,
en
la cocina hay fiestita.
La
tostada se untó de miel,
la
mermelada se enojó otra vez.
La
leche muy humeante
resbaló
del tazón
y
el mantel manchado
se
quejó enojado.
El
chocolate caliente
puso
fin al inconveniente,
perfumó
con mucho aroma
y
tentó a todos, ahora.
El
tenedor pinchó el queso
que
se quejó, con derecho,
el
jamón se escondió rápido
detrás
de la panera;
la
manteca altanera
lo
delató a su manera
y
el pobre, todo rosado
en
medio del sándwich fue colocado.
Los
niños con alboroto
participaron
del banquete
y
el perro arrinconado
comió
migas de pan tostado.
El
lavavajilla puso fin
a
una tarde de festín
y
solo quedó en el ambiente
olores
a pan caliente.
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